¿Qué pasa con los alimentos de hoy en día?

Por: Remitente

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Últimamente escuchamos muchos términos como productos orgánicos, comida saludable,  vegetarianismo o transgénicos. Pero mucha gente no sabe realmente qué es comer sano y cómo es igualmente importante que nuestra comida sea tan saludable para nosotros, como para el planeta y la comunidad.

Tal vez  pensemos que un espaghetti con algo de atún en salsa para pasta comprada en el supermercado sea una comida “saludale”, porque no tiene grasas ni es comida chatarra. Basados en esas premisas puede ser que si sea más saludable que comprar y comer una hamburguesa con papas fritas. Pero hay que ver más allá. El atún puede tener altos niveles de mercurio por la contaminación de los océanos y la salsa de supermercado puede ser de importación, involucrando vegetales transgénicos, altas emisiones de CO2 por transportación y una serie de procesos industriales poco amigables con el medio ambiente.  La idea no es entonces asustarnos  y pensar que cualquier producto es venenoso y malo para nuestra salud. Hay formas muy sencillas de llevar una dieta mucho más saludable y aunque suene abrumador, aparte de nosotros, hay que pensar en toda la cadena de personas y ambientes que tuvieron que ver con lo que estamos a punto de comernos.

jitomate

Inevitablemente, cualquier tipo de alimento que vayamos a ingerir es producto de una línea de producción. Sin embargo, las diferentes etapas de ésta son las que marcan la diferencia entre un producto sano y uno nocivo. La primera parte es la de la producción como tal, es decir, hacer crecer los vegetales, engordar los animales, ordeñar las vacas, entre otras actividades. Lo que debemos cuidar es que sean alimentos que no fueron alterados genéticamente, que hayan sido producidos sin sustancias químicas o tóxicas y dentro de un ambiente saludable para el mismo desarrollo de ese producto ya sea de origen vegetal o animal. Aquí es donde debemos tener cuidado con vegetales transgénicos  y carnes hormonadas, llenas de antibióticos. Aquí es donde debemos optar por vegetales y frutas orgánicos, carne, huevos y lácteos de rancho, porque sabemos que fueron producidos en un ambiente saludable, lejos de los pesticidas, las jaulas y las máquinas de la agroindustria de hoy en día.

La segunda parte es la del procesamiento de la materia prima en productos terminados. La regla básica es que mientras más procesado esté un alimento, más nocivo es y menos nutrientes contiene. Esto es porque hoy en día los procesos de la industria de la alimentación no están diseñados para cuidar de la salud humana, si no para cuidar de la economía de las mismas empresas, objetivo que se logra con mayores ventas y menos costos de producción, reduciendo así la calidad de la materia prima. Aqui es donde nosotros podemos romper con esta línea de producción actual, decidiéndonos por comprar materias primas saludables y procesar nosotros mismos los alimentos en casa. Es decir, para qué comprar una salsa para espaghetti en el super mercado que contiene transgénicos, conservadores, derivados del maíz y quién sabe cuántas cosas más que ni siquiera ponen en la etiqueta, si podemos comprar unos cuántos jitomates, un par de pimientos rojos y un poco de cebolla para cocinar nosotros mismos una rica salsa.  Para qué compramos una masa para hotcakes que viene lista para verter en el sartén, llena de componentes nocivos para la salud, en lugar de mezclar un poco de harina con leche y huevos que sabemos realmente de dónde vienen para hacer nuestra propia masa. Lo único que se necesita es un poco de creatividad y la voluntad de llevar una vida más saludable.

Man carrying box of lettuce

Después de ser procesados, los alimentos entran en la parte de la distribución. Esto es muy sencillo, mientras más lejos haya sido procesada tu comida, es más nociva, ya que contamina el planeta al ser transportada desde tan lejos y muy seguramente no será tan buena para tí al haber tenido que ser congelada o adicionada con conservadores para que dure más tiempo. Escojamos productos locales, producidos cerca de casa y de origen local, aprovechemos lo que nuestra tierra en específico nos da y evitemos en lo posible comprar productos traídos desde muy lejos, transportados por tierra y mar contaminando así todos los ambientes por los que tuvo que abrirse paso para llegar hasta nuestra mesa.

La siguiente parte es la de la venta al público, hay que fijarnos a quién le estamos comprando qué, quién se beneficia con esa venta y quién sale perdiendo. Es mejor comprarle directamente a los agricultores locales, productores caseros  y mercados o tianguis de barrio, que seguir enriqueciendo a cadenas transnacionales de supermercados que finalmente sólo tienen como objetivo su propio bienestar financiero.

La última parte y quizá la única sobre la que tenemos completo control es la de la preparación. Nosotros decidimos si freímos un alimento en lugar de hornearlo, saltearlo o cocerlo. Nosotros decidimos si compramos una comida lista para ser simplemente calentada en microondas o si mejor preparamos en casa nuestros propios platillos con alimentos más seguros y saludables.

Dejemos de consumirle a grandes marcas e importantes supermercados, utilizan materia prima alterada, fumigada y hormonada.  Transportan sus alimentos altamente procesados por grandes distancias y erosionan ambientes y comunidades. Dejemos atrás esa costumbre de hoy en día de querer “ahorrar” tiempo al cocinar,  volvamos a hacer de la cocina un momento íntimo y familiar, de disfrute y bienestar. Cuidemos de nuestra salud tanto como de la salud de nuestro planeta y nuestras comunidades.

Originally posted 2013-08-15 21:35:47. Republished by Blog Post Promoter

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