
Con sabor al norte – Música académica contemporánea
La música popular de hoy en día ha tomado un giro un poco desconcertante. Es cierto que, desde el principio de la raza humana, el físico es algo que puede o no atraer a alguien. De otra manera no existirían exquisitos cuadros como la Venus del Espejo por Velázquez o El David por Miguel Ángel. No obstante el uso del cuerpo pudo haberse degenerado con el pasar del tiempo.

Jennifer Lopez sacó un nuevo video donde casi todo lo que se puede ver es su parte posterior. Y puede ser válido, a fin de cuentas si han salido videos musicales como estos es porque venden. Luego habrá quienes se pregunten ¿Qué pasó con la época de Queen, Los Beatles, Bee Gees y todos los demás grandes interpretes?
Curiosamente, existe buena música en esta época, pero es tan diferente a la popular, que posiblemente las masas no alcancen a comprenderla lo suficiente.
Inicialmente, la música que oímos es tonal, es decir que utiliza ciertas notas siempre, que es lo que nosotros entendemos de una canción. Sabemos que una canción empieza, tiene un coro, luego un estribillo y termina en coros. Las canciones tonales no cambian drásticamente entre un sistema de notas a otra.
Por lo tanto, cuando nos encontramos con la “música académica contemporánea” nos damos cuenta de que no suena a la popular porque ni siquiera tiene letra.

Es complicado leer la teoría musical y explicarlo es un poco más difícil pues los pensadores hablan de la música como una expresión tan sabia como el mismo entendimiento del universo. El punto en el que todos parecen coincidir es en la forma y el tiempo.
Para Stravinsky la música es orden y el orden es forma. La forma permite percibir el tiempo como una realidad. Prácticamente todo el arte tiene la coordenada del tiempo. O sea que todo el arte se dimensiona en el espacio – tiempo, pero la música es la que mas controla el tiempo.

Stravinsky dice “lo más importante es el tempo, mi música puede sobrevivir casi todo menos el ser tocada no a tempo”.
Una explicación sobre la forma y el tiempo se podrá tocar en otro artículo independientemente, por el momento daré la opinión que tengo de espectadora, ya que he sido expuesta ante este estilo.
A mi pensar, es bueno que la música no tenga letra porque le da al público la capacidad de imaginar. Tal cual un libro. Con un libro lo que se espera es que al leer se imagine toda la escena, como una película en la cabeza. Con la música tonal pensamos en un video musical tal vez, pero con la música académica contemporánea no nos dice nada, tenemos que imaginarlo o sentir la situación que se nos propone.
El video siguiente fue inspirado por la bomba que cayó en Hiroshima. Recomiendo que bajen el volumen, pero es interesante oír, ya que no es agradable. No todo lo que oímos debe ser agradable, sino que debe decir algo y esto es grito al terror.
No por ello dejan de existir melodías bellas, y Arvo Pärt es un compositor Estoniano que todavía sigue deleitando con su bello trabajo.
Preferiría oír la música académica contemporánea por el hecho de que es un lienzo en blanco. En el caso de lo popular, la letra de la canción es la limitante de lo que podemos imaginar. Si es de amor pensaremos en una pareja, si es del país nos imaginaríamos lugares de México o ciudades que hemos visitado, etc.
En el sentido ético, la música debe hacernos sentir. Por eso todo es válido, el que uno llore con Hayley Williams y otro con Celtic Woman es algo que es cuestión de gustos. No obstante, aquél que desee ser conocedor de arte debe de exponerse a más de una idea.
Gracias al arte nos hacemos más abiertos de mente, nos sensibiliza y nos toca. Los estilos de música son como los idiomas; algunos serán más agradables al oído, otros no, pero el conocer más nos hace más sabios
Originally posted 2014-09-25 10:09:55. Republished by Blog Post Promoter