LA FERIA

infame

Por Alberto Puebla

Tuve un sueño. Estábamos planificando las vacaciones, por lo que me pidieron visitar las pozas que estaban en una formación rocosa, similar a una montaña pelada. Todo era piedra roja y ardiente. En la entrada había una caseta de cobro, pero el resto era naturaleza.

 El lugar tenía concurrencia, pero no era insoportable la conglomeración. El agua se concentraba en albercas de piedra azul y verde. El piso relucía como un estampado metálico, un mosaico de estaño y cobre. Todo era juventud y belleza. El silencio sólo se matizaba con el tropel de agua y las risas asépticas, nítidas, de plata.

 Estaba ebrio de calor. Escuché entonces un estruendo extraño al mundo salvaje. Un miedo infantil me sobrevino. Sonaba un chirriar de rieles, como el de la montaña rusa cuando cae de su loma más alta; los gritos de niños, su furor, su miedo.

 Siempre he odiado las alturas, las ruedas, el metal, como una feria llena del espanto de las máquinas. Miré hacia el cielo. En el esplendor de la luz se destrozaba un avión. Caían ángeles quemados, cenizas jóvenes, carne de niño. Y como un confeti fino, luminoso, para celebrar la llegada de la feria al pueblo: el acero retorcido, el cristal, papelitos varios, coloridos.

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Texto que podrán encontrar en:

http://issuu.com/revistaliterariainfame/docs/7to_lucidez

Originally posted 2014-07-07 21:33:38. Republished by Blog Post Promoter

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