El almacén de la imagen: Dulce Pinzón y el retrato de Zemmoa

La primera vez que escuché sobre la fotógrafa mexicana Dulce Pinzón fue de boca de un fotógrafo surrealista que recientemente ha aparecido en la escena de los artistas emergentes del Estado de Morelos. “Una de mis fotógrafas favoritas y que también ha sido de gran influencia en mi trabajo es Pinzón, me fascina su trabajo.” En cuanto tuve oportunidad investigué más sobre esta artista, leí un poco sobre su trabajo y revisé, de manera no tan detenida, sus series más populares y controvertidas: Real stories of superheroes (2006), probablemente su trabajo más divulgado hasta ahora, People I like (expuesta en la Galería Tal Cual en el 2010), Historias del paraíso (expuesta en Patricia Conde Galería en 2011) y Multiracial.

 Dulce Pinzón es una fotógrafa que, al igual que muchos otros fotógrafos, hace uso de la imagen artística como medio para plantear una crítica social. La diferencia entre la crítica hecha por fotógrafos artistas y la realizada por fotorreporteros es que los primeros hacen uso de la producción para crear escenarios que expresen su crítica a través simbolismo, mientras que los segundos se sirven de la realidad misma para el análisis de conflictos sociales.

 Pinzón, por su parte, engendra escenas con personajes de los que se sirve para hacer su denuncia sobre un tema, ya sea sobre el trabajo de los mexicanos inmigrantes en los Estados Unidos o sobre la devastación hecha  al medio ambiente. El punto de partida para esta fotógrafa mexicana es crear personajes nuevos que le permitan generar no sólo una crítica a nivel social, sino también abrir un espacio para estos cuestionamientos.  Sin embargo una de las series que más me llamó la atención fue People I like. En una entrevista realizada por Fotografía Contemporánea (FOCO) con el motivo de la exposición de esta serie en la galería Tal Cual, Dulce Pinzón menciona que precisamente para esta serie se enfocó en retratar a un grupo de latinos en Nueva York que han logrado incursionar en diversas esferas en aquella ciudad y que por ello han tenido oportunidad de influir sobre la cultura estadounidense. Al mismo tiempo, la fotógrafa vino a México y retrató justamente esta contraparte, es decir, a un grupo de latinos y mexicanos que han contribuido en la cultura de México.

Dulce Pinzón, Perla, fotografías de la serie People I Like.
Dulce Pinzón, Perla, fotografías de la serie People I Like.

 People I like consta de 14 fotografías en las que aparecen hombres, algunos de ellos vestidos como mujeres, y mujeres que se muestran en diversas poses y con vestuarios provocativos. Aparecen personajes que simulan a algunas figuras religiosas católicas. Pero sin duda la imagen que más llamó mi atención fue la fotografía que muestra a Zemmoa, una chica conocida por formar parte de la socialité capitalina. El caso de Zemmoa es bastante conocido por algunos, pues se trata de una mujer diva, de una celebridad de las fiestas y las reuniones sociales de la Ciudad de México.  Quienes la conocen o saben de ella es probable que la ubiquen por su canción Fashion victims en la que vitupera sobre el infectado mundo de la moda.

 La figura de Zemmoa es relevante en nuestro país, pues se trata de una chica veinteañera que no siempre fue mujer. Zemmoa, nacida en Cuernavaca y registrada bajo el nombre José María, fue un chico que, según ella cuenta, comenzaba a vestirse como mujer desde la primaria. Sin importar la categoría en la que uno intente incluirla (travesti, drag queen, transexual) la imagen de Zemmoa en México representa la libertad sexual y la aceptación de ello en la capital. No es de menor importancia mencionar que ella se convirtió en la primera ladyboy que modeló para la revista de modas Glamour, lo cual representa una revolución en cuanto a la idea de la figura femenina plasmada y difundida por las revistas de moda.

Fotógrafo desconocido, retrato de Zemmoa.
Fotógrafo desconocido, retrato de Zemmoa.

 El hecho de que la fotógrafa Dulce Pinzón la haya elegido para formar parte de la serie People I like dice mucho, pues reconoce que es una mexicana que ha logrado influir sobre la cultura de su propio país. Lo primero que vino a mi mente al momento de ver el retrato que hace Pinzón de Zemmoa fue la imagen de Simone, un personaje de la novela erótica más controvertida de la década de los treinta del siglo XX: Historia del ojo (1928) de Georges Bataille.

 Historia del ojo es precisamente una obra en la que Georges Bataille hace un análisis sobre el dualismo existente en el erotismo y en el que intenta mostrar, de manera simbólica, la manera en la que se puede lograr el equilibrio entre el terreno físico y el espiritual a partir de la transgresión de normas sociales establecidas con respecto al cuerpo y a ciertas instituciones. En la novela de Bataille hay una fuerte idea del humano como una mezcla entre animal, hombre y espíritu, así como del erotismo como medio que permite dejar de ser hombre para convertirse en un nuevo ser, para regenerarse. El ojo aparece como instrumento de la mirada y símbolo de poder y posesión del erotismo, encuentra su objetivo como mediador entre el cuerpo, el instinto animal, y la mente.

 Pinzón hace que pongamos nuestra mirada en Zemmoa, mientras que esta a su vez pone la mirada en la leche que vierte en el tazón, tal como lo haría Simone, la protagonista de la historia de Bataille, cuando pone su mirada en el tazón de leche del gato. Simone, al momento de ver el tazón lleno de leche no puede resistirse a la tentación y colocar su sexo sobre él. Se masturba hasta lograr el orgasmo. La mirada que emana del ojo se relaciona al testículo, con su forma igualmente oblicua, en el momento en el que este es fuente del esperma, de esa “leche” dadora de vida.

Dulce Pinzón, Zemmoa, de la serie People I Like.
Dulce Pinzón, Zemmoa, de la serie People I Like.

 El retrato de Zemmoa, al igual que Historia del ojo, muestra la transgresión del erotismo. No lo hace de manera evidente, es decir, en la fotografía no vemos a una mujer transgrediendo las normas con respecto al erotismo, sino que esa transgresión se hace a través de la figura de Zemmoa: la ladyboy defeña que ama la fiesta. Sin embargo en esta fotografía Zemmoa no está siendo una “perris”, expresión con la que se describe a sí misma generalmente. No tiene puesta la ropa que normalmente usaría para una fiesta en la ciudad de México, más bien trae puesto un vestido corto muy provocador, pero blanco que simboliza la pureza e inocencia de la mujer. En la imagen se nota su cuerpo delgado, su musculatura diminuta es evidente, además el énfasis en sus ojos se hace a través del uso de un maquillaje negro muy cargado, las pestañas son postizas, y la mirada está puesta directamente sobre la leche que cae en el tazón.

 Su postura indica deseo, probablemente deseo de la leche, deseo de la comida que se encuentra sobre la mesa que está queriendo dominar con una rodilla. Los alimentos están perfectamente acomodados, se ha tenido cuidado con que esa esquina simule un bodegón barroco. Hay pan, representación del trigo, uvas que hacen una remembranza de la vid, queso y pescado, higos y granadas. Alimentos típicos del mediterráneo que se mezclan en una cena casi de corte bíblico.

 La fotografía de Zemmoa realizada por Dulce Pinzón es controversial, tal vez a propósito, tal vez sin el objetivo de retratar la transgresión al erotismo que la imagen de Zemmoa refleja en el contexto socio–cultural mexicano. En este sentido, esta fotografía de la serie People I like puede entenderse como un símbolo de esa transgresión hecha por Zemmoa misma al romper con los paradigmas sexuales impuestos en nuestra época, pero al mismo tiempo por Dulce Pinzón al usar su figura para crear una escena con la cual de manera inconsciente, tal vez, hace una crítica sobre el erotismo y sus barreras a nivel social.

 

Originally posted 2014-10-03 10:00:46. Republished by Blog Post Promoter

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