
Animación para todos los gustos y edades
Como último paso para demostrar el alcance de la animación como medio artístico, debo reiterar que estamos ante un estilo, no ante un género. Ya en las notas pasadas se habló de que las edades nada tienen que ver, hay animaciones para chicos y grandes. Así mismo comentamos que las generaciones tampoco deben ser un impedimento para que algo sea bueno y/o malo, todo de pende de la sociedad, de cómo evoluciona y las cosas buenas que cada generación puede aportar.
Ahora indagaremos un poco en cómo, aunque la animación ya es considerada un género cinematográfico, puede también “colarse” a otros géneros. ¿Qué trato de decir con esto?, que cuando nosotros nos metemos a ver una película podemos elegir el tipo de espectáculo que deseamos. Puede ser algo de acción con autos explotando, puede ser aventura con civilizaciones perdidas custodiando tesoros, puede ser comedia, puede ser horror, puede ser un drama o un romance.
Pues bien, todos esos gustos también pueden entrar en la animación. Como he comentado antes, aunque no es un arte “incomprendido”, el concepto de animación a veces puede ser engañoso y limitarse a sí mismo. Muchas personas creen que ver algo animado no los dejará satisfechos y esta nota pretende dar ejemplos de que eso no es verdad.
Tomemos como inicio el cine de arte. Así como en el live action suenan nombres como Chaplin, Fellini, Kurosawa, Kubrick y demás, podemos tomar como un pequeño ejemplo (de muchos que hay) el nombre de Isao Takahata, co-fundador del famoso studio ghibli (que eventualmente merecerá su análisis película por película en esta sección). Seguramente recordarán series como “Heidi” o “Marco de los Apeninos a los Andes”, pues bien, este hombre es responsable de esas series. No obstante, también su filmografía cuenta con títulos como “Recuerdos del Ayer”, “Goshu el Violonchelista”, “Mis Vecinos los Yamada”, “Pompoko” y la excelsa “La Tumba de las Luciérnagas”. Cine de arte puro, y si no me creen, los invito a verlas.
Con respecto al cine de comedia no creo que tenga mucho caso indagar, ya que estudios como Pixar y Dreamworks nos dan muy buenos ejemplos día a día, además de ser obras que nos hacen reír, llevan una genial dosis de drama. Un ejemplo muy claro de eso es la cinta “Up”. Esta película es mejor conocida por la secuencia de sus primeros 10 minutos, una secuencia que hasta al más insensible hizo llorar. Claro, que después de eso tenemos una divertida aventura con elementos tan extraños como perros parlantes que vuelan en pequeños aeroplanos.
Finalmente tomemos el cine de horror, el cual podría ser de los más radicales. Pues bien, los dejo con este ejemplo que, si bien no asusta, tiene una historia cruda y oscura digna de la clasificación B-15 o incluso C. El nombre, Kakurenbo, ojalá lo disfruten.
Originally posted 2014-01-13 16:14:49. Republished by Blog Post Promoter