Sobre el decadentismo

“Yo, la verde diosa de la quimera, yo quien a tu mente hoy oscurecida por el pesar, da los ensueños color de rosa, los exotismos, los refinamientos de la ilusión…”

Así le hablaría esta diosa a Couto Castillo una noche en que su espíritu se encontrase nublado. Esta artificiosidad de la que habla el poeta mexicano (muchas veces olvidado) es la misma que intentaron los decadentistas franceses a quienes ese grupo de jóvenes modernistas mexicanos leerían con entusiasmo, y cuya influencia dejarían marca en las obras de aquel joven alcohólico de no más de 20 años.

Entrada a la Revista Moderna
Couto Castillo a la edad de 19 años bajo el pincel de Julio Ruelas.

Si nos referimos al término decadente, generalmente  pensamos en  algo negativo, derrumbe, destrucción, fin. Si en cambio echamos un vistazo a lo que la real academia nos refiere sobre el término, veremos que decadente es aquel que gusta de lo estéticamente pasado de moda.

En la literatura, el decadentismo fue explicado por el teórico del movimiento Paul Bourget como la transformación de la forma, la descomposición de la misma se encuentra en el sitio donde se lleva a cabo su inevitable transformación; así pues, ésta se encuentra fuera de lugar, y es aquí el lugar favorito de la decadencia.

No sólo la obra de Couto Castillo es de estilo decadentista, con sus poemas plagados de adjetivos estridentes y llamativos, su gusto por la mimesis (la imitación de la naturaleza) y lo artificial como fórmula para entender la realidad, es él mismo un personaje decadente al estilo del joven Des Esseintes, (aquel nevrosé aburrido del mundo que Huysmans instituiría como el personaje decadente por excelencia) probando todo clase de alcohol (con especial predilección por el ajenjo) visitando lugares al estilo de los salones literarios de París donde se reunía con su amigo Tablada. Es ese poeta joven y de familia acomodada con educación francesa que publicaría sus primeros poemas a la corta edad de 14 años, quien libremente se dirigía a ese fuera de lugar predilecto de los decadentes.

ruelas

Pero, ¿es el personaje decadente un melancólico nostálgico por modas pasadas?

El personaje decadente ya no es más aquel romántico melancólico y triste enfermo del espíritu, se ha convertido en un neurópata patológico que busca refugio en los más extraños o exagerados refinamientos porque se encuentra terriblemente aburrido.

El decadentismo se tomó más que como una corriente artística, como un síntoma adherido al llamado mal de fin de siécle, mal que contagiaría a diversos artistas de la Viena de comienzos del siglo XX, y que infectaría también a los modernistas mexicanos que, entusiastas, leerían a aquellos enfermos franceses y que dejarían muestra de ello, en personajes, que si bien no son Des Esseintes, sí muestran el devenir y la inestabilidad de un mundo que se rehace.

Las grandes ciudades en desarrollo son las que al parecer succionan la vida, mostrando la aburrida y pesada rutina de obreros y funcionarios que después de la jornada intentan vivir una segunda vida en los cabarets y en los salones, en las óperas cargadas del misticismo wagneriano que alimentaba el hambre de una realidad alterna.

De tal manera ciudades como París, Viena y México fueron el refugio de poetas que por el contrario buscaban aislarse de la realidad que les ofrecían, inventándose una nueva.

Originally posted 2013-12-04 15:19:09. Republished by Blog Post Promoter

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