
Amor a la literatura o amor y literatura
El amor funciona de varias maneras y, al mismo tiempo, de una sola. El imaginario juega un papel importante en la concepción “pura” o “impura” de un ideal; quizá es lo que más nos traiciona ¿Qué es puro y qué no?
Lo que uno quiere esconder, sale, y lo que uno quiere expresar, se esconde. Es un disfraz clavado a la piel y, por ende, al alma. El amor se burla de nosotros pecando con los ojos, las manos y la boca, incluso con las piernas. Hace cómplice a la sonrisa y, por supuesto, a las lágrimas.

¿De dónde surge esa necesidad imperiosa del hombre por decir lo que siente y sentir lo que dice? Es ilógico callar lo que pensamos y sentimos. Es una contradicción guardarlo porque, como ya lo había dicho, hay una traición, una complicidad. Cada quien se remacha a su cruz…rechazamos el duelo; sin embargo, se busca como a lo efímero, como a lo bello.
“Más allá de nosotros,
en las fronteras del ser y el estar,
una vida más vida nos reclama.” Más allá del amor. Octavio Paz
Así se hace la literatura en todo su mar. La pureza (y su contrario) del texto que concebimos o pretendemos concebir, nunca llega a ser. El escritor dice más de lo que no quiere y menos de los que sí quiere. Como cuando se ama (o se odia).
La diferencia del amor al hombre mismo y el amor a la literatura, no está en su cuerpo, ya sea la piel o la hoja, o en la sangre o la tinta, sino en lo que puede ser y no es: el hombre es mortal y la letra no; el hombre es en la medida en que su deceso se ajusta a la vida, y la literatura es en la medida en que su vida se ajusta a la muerte. Literatura hipócrita. Edicto natural, imprescindible.

“¿Dónde está la memoria de los días
que fueron tuyos en la tierra, y tejieron
dicha y dolor y fueron para ti el universo?
El río numerable de los años los ha perdido;
eres una palabra en un índice.” A un poeta menor de la antología. JLB
Esa es la naturaleza, poco nuestra y bastante ajeno, que lejos de inspirar, crea y destruye. Dual. Crea con todo lo que ofrece y destruye con lo poco que fecunda. Para fortuna de la tierra, somos independientes del mundo y necesitamos interpretarlo y reinterpretarlo; como al amor que se convierte en odio y viceversa. Naturaleza viva, que al quedar desprovista de su esencia marca su llegada como muerte. No es el aire, ni los sabores: la esencia es el lenguaje. El hombre deja de ser hombre (como cualquier otro animal) cuando no se comunica.
Poco sabemos de aquello. Nadie puede lanzar la primera piedra. Ni me conozco ni te conoces; te conozco a ti a través de tu palabra, de preferencia, escrita. La paradoja ridícula de todos los días: escribimos enalteciendo al amor y no precisamente con amor. ¿Qué somos?, ¿amor o literatura? Amor, porque ella nos ofrece la oportunidad de mitificar. Literatura, porque él nos permite existir aunque sea un instante.
Originally posted 2014-06-06 00:34:58. Republished by Blog Post Promoter